Nos vamos al Parque Nacional del Teide

Frío, mucho frío hacía por la mañana cuando la expedición de 2º de Bachillerato de Ciencias Sociales puso rumbo al Parque Nacional del Teide, Patrimonio de la Humanidad desde 2007 y el Parque más visitado de España, con más de cuatro millones de visitas cada año. No obstante, se armaron de valor para subir a la guagua y dirigirse a una de los espacios naturales protegidos más impresionantes del mundo, tanto por su espectacular paisaje, como por la extraordinaria sinfonía de formas volcánicas que atesora. Entre todas ellas, destaca por encima del resto el estratovolcán Teide (junto el Pico Viejo), otrora la tumba de Guayota y siempre el techo del país con 3718 metros, además de ser el tercer edificio volcánico del mundo (más de 7000 metros desde su base), por detrás de los volcanes Mauna Loa y Mauna Kea, en Hawai.

Pensando que el manto de estratocúmulos que constituye el mar de nubes, desaparecería al atravesar el pinar y llegar a los pies del Parque en el área de El Portillo, la expedición de 2º de Bachillerato comprobó que la niebla seguía cubriendo el cielo y que el frío aún se mantenía presente. Pero como las montañas tienen normas climáticas distintas y el Teide es, además, una montaña muy especial, los técnicos del Parque les llevaron hacia el área de Los Roques de García, en donde les saludó un sol radiante, que sonreía orgulloso tras emerger desde las nubes. Y así, con el astro rey presente y el frío desaparecido, los alumnos de Ciencias Sociales pudieron hacer una visita que intentó ser una expedición geográfica diseñada para permitirles entender algo más de la evolución geológica y geomorfológica del lugar.

De este modo, junto con la compañía de Sonia, una estupenda técnica del Parque, que explicaba las principales características del Parque, los alumnos pudieron ver, desde la inmensidad del llano de Ucanca hasta más allá del Roque Cinchado, la variedad de formas volcánicas de distintas épocas que se reparten por todo el territorio. Diques, malpaíses, coladas Pahoe-hoe, antiguas chimeneas volcánicas erosionadas por el viento y el agua a través del tiempo, llanos endorreicos o taffonis, fueron observados por los alumnos. Pero además, también hubo espacio para analizar las principales características de la vegetación y sus singulares adaptaciones a un ambiente tan árido y tan duro: Retamas, Codesos, Rosalillos de Cumbre, Hierbas Pajoneras, Cedros y demás especies xerófilas fueron estudiadas, en una auténtica salida de campo científica que esperamos podamos volver a repetir algún día. A buen seguro, después de todo lo aprendido, los alumnos de Bachillerato no volverán a ver al padre Teide de la misma manera.

diciembre 12, 2018