Un pueblo que no defiende su lengua, es un pueblo mudo, sin historia ni identidad, preso entre las garras de la ignorancia, a veces inconsciente, pero casi siempre aceptada y conformista. Hacer apología de la cultura no siempre resulta fácil, habida cuenta de que vivimos en una sociedad que parece avergonzarse de mantener una mente crítica, abierta al debate e intransigente con quienes pretenden imponer un determinado tipo de pensamiento. Desde estas líneas, nuestro Colegio sigue haciendo una defensa a ultranza de la cultura, del pensamiento, de la reflexión… como herramientas que cincelan nuestra libertad y creatividad. Es así cómo un año más dedicamos unos días a acariciar las mentes y las almas de nuestros alumnos por medio de la palabra, que se hace presencia de la mano de escritores que nos ayudan a comprender su particular visión creadora y nos acercan a un universo, en ocasiones de ficción, pero plagado de reminiscencias culturales, de vivencias particulares y entrañables.

Iniciamos esta particular experiencia con la visita de Enrique Páez, “Premio Lazarillo de Creación Literaria”, que nos descubrió cómo la vocación es clave en aquellos que amamos la literatura, como desarrollo de una carrera creativa, la escritura. Con casi doscientos mil ejemplares vendidos de su novela Abdel, el autor reconoce que un ardiente deseo de crear, de infundir vida a unos personajes, de esbozar, en definitiva, una historia, sigue siendo su ilusión ante el folio en blanco.

Gratificante y emotiva resultaron las dos visitas de otro genial autor canario, Ernesto Rodríguez Abad, profesor de la Universidad de La Laguna, investigador, dramaturgo, escritor de varios libros de cuentos, pero sobre todo, defensor del teatro clásico, mediante la puesta en escena de las grandes obras de la literatura barroca…su amplísimo y polifacético registro nos muestra, por encima de todo, su gran pasión por la literatura. Asimismo, en el marco de la conmemoración del IV Centenario de la muerte de Cervantes, su ponencia sobre el autor de El Quijote y su vigencia fue toda una clase magistral sobre la trascendencia que sigue teniendo en nuestros días y cómo los jóvenes pueden descubrir entre sus páginas toda una lección de modernidad. Además, para finalizar nos deleitó con el recitado de uno de sus cuentos, prueba de su enorme sensibilidad, así como del dominio de la palabra y sus connotaciones emotivas.

¿Cómo vencer el miedo a la escritura?, ¿qué debo hacer para hilvanar una historia con sentido, dando vida a unos personajes que obedezcan mis dictámenes?, ¿hasta dónde llega mi poder como creador?…Todas estas cuestiones y muchas otras fueron resueltas en un interesante Taller Literario de la mano de María Gutiérrez, poeta canaria, colaboradora de la Escuela Canaria de Creación Literaria, autora de obras como Ellas tampoco saben por qué y defensora de la cultura e idiosincrasia canaria. Una lección práctica de cómo debemos acercarnos al difícil mundo de la escritura desde la cercana perspectiva de una autora que domina el microrrelato y hace suya la filosofía de “crear es sentir”.

Cecilia Domínguez, Premio Canarias de Literatura, en su ponencia nos recordó cómo la literatura canaria posee un valor inmenso y cómo los propios isleños tenemos la obligación moral de defenderla por su variedad y paridad frente a la peninsular. Para ello destacó la labor de grandes nombres, presentes en la memoria de todos (Tomás Morales, Pedro García Cabrera, Rafael Arozarena…), fiel reflejo de que nuestro pueblo sigue teniendo mucho y bueno que contar, y enterrar para siempre ese “complejo de inferioridad” que atenaza nuestra creatividad. Impresionantes y bellas palabras en boca de una de las más grandes figuras de las Letras Canarias.

Como broche de oro a estos días, donde las palabras han cobrado vida y protagonismo, contamos con la visita de un profesor de profesores, Marcial Morera Pérez, Doctor en Filología Hispánica y Catedrático de la Universidad de La Laguna, investigador, lingüista y Miembro de la Academia Canaria de la Lengua. Con su conferencia “¿Hablamos mal los canarios?” dejó constancia de las particularidades léxicas, gramaticales y fonéticas que ofrece nuestra lengua frente al uso peninsular, lo que se traduce en variedad y peculiaridad, pero no en un mal uso de la misma. Instó a nuestros alumnos a defender la lengua canaria y a no “avergonzarse” frente a usos más academicistas impuestos por la norma.

Han sido, sin duda, gratificantes y enriquecedoras fechas para Nuestro Colegio, por la valiosa oportunidad que hemos tenido de recibir a personalidades tan relevantes en el ámbito de las Letras, que nos han enseñado a seguir amando, valorando, reivindicando y defendiendo la cultura. Éste es el más grande de los legados que podemos ceder a las generaciones posteriores: la cultura es poder y ahora está en manos de las jóvenes mentes que aquí se forman. Seguro que lo sabrán cuidar y acrecentar.